Todo sucedió en microsegundos, pero cuando vieron el carro que se atravesaba y el inminente choque que sucedería, la joven conductora y sus dos hermanos lo experimentaron todo en cámara lenta: sus cabezas volteaban leentaameentee para verse unos a otros con cara de espanto mientras que iban abriendo sus bocas para gritar el susto; sus cabellos parecían levantarse perezosamente de un largo sueño, y los objetos dentro del carro cobraban vida saltando por los aires, todo mientras que el auto daba vueltas sobre sus llantas por el impacto del choque. El tiempo volvió a la normalidad tan pronto el carro paró de girar. Milagrosamente todos estaban ilesos. Era de noche y en una colonia poco familiar.
Como si fueran jefes de una tribu india, había algunos patriarcas, en chanclas, sin camisa, y con las manos cruzadas, viendo lo acontecido fuera de sus casas. Los demás vecinos también veían sin ayudar. En ese entonces casi no había celulares, así que la joven conductora se acercó a uno de ellos para pedir prestado el teléfono. Era su primer choque, así que seguramente su papá estaría preocupado. Mientras sonaba la bocina del teléfono ella se imaginaba las palabras amorosas y comprensivas de su padre aliviado de que estuvieran bien, pero el diálogo fue más bien así:
—Hola papí —su papá algo alterado intuitivamente pregunta:
—¡¿Qué pasó?! ¡¿Chocaste verdad?!
— Sí papi. —ahora si, en un tono enojado y gritando su padre le dice
—¡TE DIJE QUE AUN NO ESTABAS LISTA PARA MANEJAAAAR...! ¡¿Y EL CAROOO? ¿CÓMO ESTÁ EL CARRO?!
Ups... efectivamente su papá estaba preocupado, pero no por sus hijos, ¡sino por su carro! Sí, lo se, este caso real suena patético y sumamente materialista, pero en nuestra experiencia es muy común ver que padres de familia aseguren a sus carros, sus negocios, sus casas, etc., pero no su vida. Si ellos llegaran a faltar sus familias quedarían en la calle, pero eso pareciera no importarles: "asegurame primero el carro, el seguro de vida ahorita no me interesa", es lo que comúnmente oímos. Es triste, porque los seguros de vida no son caros, pero si protegen lo más importante que tienes: tu familia.
¿Y tu? ¿te preocupas más por tus cosas que por tu familia? ¡Contáctanos, tenemos seguros de vida que se adecuan a tu presupuesto!