Caso 1: Suena el teléfono de mi colega, del otro lado de la bocina un cliente afligido: "¡Roberto!, acabo de chocar y no me quiere atender el ajustador porque no tengo licencia de manejar, ayudameeee!". No tener licencia ya de por si es un asunto grave, pero más grave es no tener seguro de auto. Ni tardo ni perezoso Roberto busca en su archivero las condiciones generales de una póliza de auto y le comenta al ajustador a quien ya lo tenía en la linea: "En las condiciones generales en la página 51, inciso 4.1a dice que si el cliente no tiene licencia pero es mayor de 25 años, el seguro sí le cubre, así que o lo atiendes o le hablo ahorita a tu supervisor". Esto bastó para que el cliente recibiera un trato de rey por parte del ajustador.
Caso 2: Uno de nuestros agentes recibe una llamada sábado en la noche: "Hector, necesito tu ayuda, acabo de chocar, pero me dijeron en el 01-800 que la póliza no estaba pagada y estoy casi seguro que yo si la pagué." --"No te preocupes, si me lo pagaste yo debo tener el comprobante de pago y ahorita se los envío para que te atiendan sin problema, solo recuerdame, ¿con que compañía te lo aseguré?" --"No, tu no me lo aseguraste, esta póliza la compre directamente en Bancomer!" -- "¿En Bancomer?, Hay Margarito, ¡ya te cargó el payaso!".
Como agentes de seguros, conocer quién es quién dentro de las compañías, así como el estar familiarizado con las condiciones generales de las pólizas y el cómo operan, nos permite darle solución a muchos casos como estos. En cambio, el no tener un asesor de seguros se presta a situaciones como la del último caso. Por eso es importante que no andes huérfano por la vida y busques un asesor con el que puedas contar en tiempos de dificultad. Si todavía no tienes uno, llámanos, será un placer atenderte.
